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En el español coloquial de la Argentina se emplean las locuciones por ahí y ni ahí como índices de modalidad. Sin embargo, apenas existen registros lexicográficos de por ahí como marca de probabilidad y atenuación enunciativa (=a lo mejor) y de ni ahí como refuerzo de la negación (=absolutamente no). Entonces, dentro de un enfoque cognitivo-funcional, intentaré explicar no solo el pasaje de estos giros desde el dominio locativo hasta el de la modalidad, sino también caracterizarlos como índices de modalidad e integrarlos entre los adverbios y formas equivalentes que se deslizan desde el ámbito predicativo hacia una función periférica que repercute sobre el modus oracional. Esta conversión del dominio locativo al modal supone un proceso de subjetivización, lo que se asocia a una serie de cambios formales por los cuales se redirige el significado referencial literal de las locuciones hacia el ámbito de la enunciación.